Llevar una empresa argentina a los Estados Unidos es un objetivo cada vez más frecuente para emprendedores y pymes que buscan ampliar su mercado y diversificar ingresos. Con un consumidor exigente, reglas claras pero estrictas y un entorno más competitivo, el desembarco requiere planificación, conocimiento del marco regulatorio y una estrategia comercial adaptada a la cultura local del estado al que se desea acceder. Según FastForward, una firma que asesora a empresas latinas en el proceso de internacionalización hacia los Estados Unidos, la instalación puede completarse en apenas cinco a 10 días hábiles y con un costo base que ronda los u$s 1100, aunque la cifra puede superar los u$s 3000, según el estado elegido y los requisitos de cada rubro. El abogado de inmigración Fernando Socol, fundador de Socol Law, coincide en que el procedimiento es sencillo: "El proceso de formar una empresa en los Estados Unidos es simple y rápido, especialmente comparado con América Latina. Lo importante es planificar todo con un abogado y un contador internacional y definir desde el inicio el tipo de entidad legal que más convenga." El costo base para inscribir una empresa en el país norteamericano ronda los u$s 1100. Si se suman la apertura de una cuenta bancaria, el registro de marca y el cumplimiento de normativas específicas, la inversión puede escalar a entre u$s 1000 y u$s 3000 o más, dependiendo del rubro. El proceso puede completarse en un plazo de entre cinco y diez días hábiles. Algunos trámites, como la apertura de una cuenta bancaria, pueden demorar más si no se viaja al país, aunque también existen alternativas para gestionarlo de forma remota, indicaron en Fast Foward. En cuanto al tipo de sociedad, la más elegida por empresas extranjeras es la Sociedad de Responsabilidad Limitada (LLC, por sus siglas en inglés), que ofrece una estructura flexible, menos burocracia y ventajas fiscales. Cuando se busca atraer inversores o emitir acciones, algunas compañías optan por una Corporación (Corporation), una opción que permite tener accionistas y operar bajo una estructura más tradicional. Socol menciona que "se puede armar una empresa simple con muy poco dinero, no es caro. Lo esencial es definir la figura correcta, si se quiere una LLC, una Corporación o incluso una organización sin fines de lucro, dependiendo de los objetivos de cada proyecto". Antes de empezar una empresa en los Estados Unidos, hay que definir la estructura legal de la compañía y decidir en qué estado se radicará la empresa. "No sirve mucho formar una entidad en un estado distinto si la compañía no va a operar allí. Siempre conviene registrarla en el lugar donde va a desarrollar su actividad", remarca Socol. Una vez definida la estructura, es obligatorio obtener el Número de Identificación del Empleador (EIN, por sus siglas en inglés), un número fiscal emitido por el Servicio de Impuestos Internos (IRS, por sus siglas en inglés), que habilita a la empresa a operar legalmente y tributar en ese país. Luego, se debe abrir una cuenta bancaria. Si bien algunos bancos permiten hacerlo a distancia, en muchos casos, el trámite puede agilizarse si el titular viaja personalmente. El primer paso para una empresa que busca llegar al mercado estadounidense es evaluar si su producto está realmente en condiciones de competir, ya que se debe cumplir con regulaciones específicas, como los registros ante la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en ingles) para alimentos, cosméticos o suplementos, o ante la Agencia de Impuestos y Comercio de Alcohol y Tabaco (TTB, por sus siglas en ingles) en el caso de bebidas alcohólicas. A eso, se suman obligaciones fiscales que varían según el Estado y la necesidad de ajustar la estrategia comercial a cada mercado local. La Florida se convirtió en uno de los destinos más elegidos por empresas latinoamericanas para empezar a operar en los Estados Unidos. Entre los rubros con mayor presencia, se destacan los alimentos saludables, la cosmética natural, los suplementos dietarios y los productos sostenibles. El estado del sol es muy popular por sus beneficios fiscales y facilidad de apertura. Además, tiene ventajas logísticas para empresas latinoamericanas", indica Carlos Bisio, CEO de FastForward. En 2021, Rodolfo "Rodo" Cámara, fundador de The Food Truck Store, desembarcó en Miami con su primera franquicia y la meta de posicionar la marca en el mercado de las hamburguesas, lograr un local rentable y luego expandirse. Hoy, afirma que ese objetivo se cumplió. El negocio vende más de 10.000 hamburguesas por mes y la mitad se concreta a través de delivery. Con una inversión inicial de u$s 350.000, Cámara aconseja apostar por locales "second generation", ya habilitados y listos para operar, porque ahorran tiempo y evitan trabas que pueden retrasar la apertura. Por su parte, Germán Sitz, dueño del restaurante Niño Gordo, lanzó recientemente una LLC en Florida para llevar su propuesta de parrilla porteño-asiática a Miami. "El gran hito fue la apertura, porque las barreras de entrada son enormes y hay que tener un plan perfecto, sin nada librado al azar, para no pagar caro en permisos, proveedores e intermediarios", advierte. Aunque reconoce que es un mercado desafiante, valora la buena respuesta del público y asegura que hoy están enfocados por completo en la operación. Las inversiones inmobiliarias también ganan terreno entre los argentinos que buscan diversificar en los Estados Unidos. En 2022, Jimena Cabrera creó OpenDoor Investment Solutions, una firma LLC que ofrece inversiones en préstamos respaldados por propiedades en ese país, para que sus clientes generen ingresos sin preocuparse por inquilinos ni mantenimiento. El proyecto comenzó con una inversión inicial de u$s 15.000 y hoy reúne a más de 300 clientes, entre prestatarios e inversores, con un patrimonio que supera los u$s 2 millones. "Haber instalado la empresa en los EE.UU. significó abrirles la puerta a inversionistas argentinos y Latinoamericanos a un mercado seguro, estable y transparente", Jimena Cabrera, fundadora de OpenDoor Investment Solutions. La empresa ofrece inversiones desde u$s 30.000 con rendimientos del 18%anual. Aunque concentra su actividad en Florida, Texas, Ohio y las Carolinas, opera en casi todo el territorio de los Estados Unidos. Según Cabrera, el 70% de sus inversores son argentinos y colombianos, mientras que el resto proviene de los Estados Unidos, México, Chile y otros países. "En los EE.UU. todo está mucho más estandarizado y seguro, desde la protección legal hasta la facilidad para escalar con más inversores. Vos ponés el capital y nosotros nos ocupamos del resto. Tu ahorro crece junto con el mercado", concluye Cabrera.