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Indian, la cadena uruguaya de fast fashion que desembarcó hace muy pocos meses en la Argentina, tiene un ambicioso plan de expansión en el país: abrir nueve tiendas en los próximos seis meses, con una propuesta que combina precios agresivos al estilo de la feria La Salada, pero bajo un modelo comercial inspirado en Zara.

Detrás de la exitosa marca uruguaya hay un empresario, de origen europeo, que aún hoy con 90 años sigue a la cabeza de la compañía. Enrique Manhard, esdueño del grupo Chic Parisien, un emporio textil con presencia en Uruguay, Paraguay y, ahora, en la Argentina, donde hace pocas semanas abrió su tienda insignia en la esquina de Florida y Perón, donde funcionaba Falabella.

"Somos una empresa familiar. El directorio lo integran dos de mis hijos, que llevan el día a día de Indian; uno de mis nietos, y por supuesto mi mujer y yo. Ya no voy todos los días a la oficina, pero sigo de cerca cada paso y siempre estoy llamando por teléfono", contó Manhard durante la inauguración del Indian Market en Florida 200.

Su historia comenzó en Viena. Llegó a Uruguay con apenas tres años, escapando de la Europa de entreguerras. "Mis padres tenían que sobrevivir. Mi madre, que tenía buen gusto, abrió una casa de moda. Yo crecí en este rubro y nunca dudé en incursionar en la industria textil", recordó.

"Nunca aspiré a tener una gran empresa, pero la vida me fue llevando. Yo me sentaba de noche pensando como iba a pagar al otro día todos los gastos porque al principio era una lucha. Aprendí mucho de las adversidades" contó el empresario.

Con más de 40 locales en Uruguay, tres en Paraguay y otros tres ya operativos en la Argentina, Indian se consolidó como la principal apuesta del grupo. "Chic Parisien está en proceso de desaparecer para que Indian sea el jugador dominante", explicó.

La ropa, que se comercializa a precios muy competitivos es 100% importada. El vínculo con Asia fue clave. "Viajé por primera vez a China en 1979. Desde entonces tejimos relaciones comerciales muy fuertes. Hoy somos los mayores importadores de tela de Uruguay", detalló.

Si bien el grupo llegó a tener sus propios talleres en Uruguay, hoy esa pata del negocio se cerró totalmente. "Importamos las prendas ya terminadas. Mandamos los modelos y traemos el producto finalizado", contó.

La apuesta en la Argentina

La llegada al país se concretó en noviembre del año pasado, con un primer local en Florida 629 (donde funcionaba El Ateneo). Allí, los precios ya habían llamado la atención de los porteños: remeras desde $ 10.000, tops a $ 6000 y sweaters desde $ 20.000.

El gran salto, sin embargo, fue su desembarco en el histórico edificio donde funcionó Falabella. "Fue casi de casualidad. Estaba en Punta del Este, tomando un café, y me crucé con el dueño del inmueble. Veníamos de una muy buena experiencia en la peatonal, así que decidimos avanzar", relató.

La megatienda, cerrada desde 2021, era uno de los activos más codiciados del microcentro porteño. La operación incluyó más de u$s 12 millones por la compra del inmueble y otros u$s 6 millones en remodelaciones, con un alquiler de referencia de u$s 50.000 mensuales y expensas por $ 3,5 millones.

En el país, la compañía ya compró tres locales (Florida, Rosario y Mendoza) y opera con dos formatos: Indian Market, que incluye ropa de mujer, hombre, niños y muebles y decoración, y Indian, de menor metraje, solo con indumentaria.

El desembarco viene con números fuertes: en Florida y Perón ingresan en promedio 10.000 personas por día. Al menos la mitad realiza compras de entre ocho y 10 artículos, lo que genera una facturación mensual de más de $ 30 millones en la tienda insignia. Solo en esa sucursal trabajan 100 empleados, y la meta es llegar a marzo con 400 en todo el país.

Los próximos pasos incluyen aperturas en Mendoza, Mar del Plata, Bahía Blanca y un nuevo local en Buenos Aires, en Santa Fe y Ayacucho, además de seguir consolidando la presencia en la capital.

"Estamos sorprendidos con las ventas. No es solo vender: tenemos que seguir creciendo. Hacemos un gran esfuerzo para seguir siendo competitivos", remarcó Manhard, el hombre que, tras casi un siglo de vida, sigue al frente de una de las mayores apuestas textiles de la región.