El 31 de diciembre de 2024, Juan Ignacio Castoldi, vicepresidente de Atalaya, recibió la consulta de un interesado en abrir una franquicia el tradicional parador rutero célebre por sus medialunas. Rápidamente decidió armar una video llamado con el candidato y ver cuáles eran las posibilidades ciertas de avanzar. A la hora de la cita, con no poca sorpresa vio que del otro lado de la pantalla, junto con quien le había escrito había otra persona. "Hola, soy Pico Mónaco y quiero abrir un Atalaya en Tandil", se presentó el extenista, que entre otros logros profesionales, integró el equipo que en 2016 se consagró campeón de la Copa Davis. Tras ese primer encuentro, todo empezó a marchar sobre ruedas. Se firmó el contrato, se buscó el local ideal y, finalmente, esta semana las medialunas más famosas de la ruta 2 hicieron su debut en Tandil, ciudad natal de Mónaco. "Atalaya es una marca que nos acompaña a todos desde chicos. Tiene algo muy nuestro, muy argentino, que te conecta con momentos simples: una parada en la ruta, un café, una medialuna. Cuando pensamos en sumar algo nuevo dentro de Pico Deportes, queríamos justamente eso: un lugar con alma, con historia, con energía positiva", contó el extenista sobre las razones que lo llevaron a elegir la cafetería como una opción de inversión. La nueva tienda se encuentra en el complejo que Mónaco tiene en la ruta 226, en la entrada de la ciudad. Allí, además de la nueva cafetería hay canchas de fútbol, pádel, un gimnasio y una parrilla. "Queríamos que la gente pueda venir a entrenar, disfrutar, comer bien y pasarla bien. Eso resume todo lo que busco con mis proyectos: lugares con vida", dijo. Mónaco agregó que desde ese primer encuentro con Castoldi, se forjó una relación "espectacular" y de mucha confianza. Además, detalló que uno de los aspectos que más lo sedujo de Atalaya fue la manera en que la nueva generación al frente de la empresa está llevando adelante una modernización sin perder la esencia de la marca. Invertir en gastronomía, dijo, es apostar por los momentos que se comparten a la mesa. Y en el caso particular de Atalaya, agregó, lo que se destaca sobre todo es la marca y su gente: "Atalaya es sinónimo de calidez, de tradición, de buena onda. Y cuando conocí a Juan Castoldi y vi la forma en que están encarando la expansión, dije 'esto está bueno, quiero ser parte de esto'". Radicado en Miami, el deportista ahora convertido en empresario, confesó que no va a estar en el día a día de la administración. Sin embargo, aseguró que le gusta seguir de cerca todo lo que pasa en sus negocios y que, incluso a la distancia, está muy involucrado. "Confío mucho en el equipo que tenemos en Tandil. Es gente con ganas, comprometida y con una energía hermosa. Y, en definitiva, eso es lo más importante: tener un grupo que entienda lo que uno quiere transmitir", señaló. Si a esta primera tienda le va bien, Mónaco ya tiene planes de seguir creciendo junto con la marca. En principio, la idea sería continuar la expansión en el área de influencia de Tandil. El paso de deportista a empresario fue algo natural, señaló. En ese sentido, destacó que el tenis le dio herramientas que usa todos los días en esta nueva faceta de su vida: disciplina, foco, trabajo en equipo, manejar la presión. Hoy Mónaco tiene varios proyectos ligados al deporte y a la comunidad. El más grande es Sports Performance Hub (SPH) en Miami, un proyecto que está desarrollando junto a Manu Ginóbili, Sebastián Verón y otros socios. Se trata de un complejo que combina formación deportiva, educación, salud y experiencias. Además, es el fundador de Summa Sport, una agencia con la que representa y acompaña a deportistas en su carrera, pero también en su desarrollo personal y profesional