

Son varios los problemas externos a los que se enfrentan los productores agropecuarios a la hora de cultivar la tierra. En la Argentina, los principales son las malezas, los insectos y las condiciones climáticas. En ese sentido, la inclusión de la tecnología a las semillas emerge como una solución indispensable.
Julián Sudera, director de Marketing para la Región Cono Sur de Corteva Agriscience, participó del evento y comentó: "Hoy una semilla de maíz tiene una tecnología que cuenta con el mejor paquete de protección para malezas, que es la gran problemática argentina, como así también una gran protección contra insectos. Para soja, lanzamos recientemente una tecnología que es nuestro mejor avance en el paradigma en el que se produce este grano en la Argentina".
Corteva es la unión de dos gigantes como Dow y DuPont. Con cinco años de historia pero "más de 100 de trayectoria", en 2019 Dupont concretó su fusión con Dow, a partir de la cual se armaron tres grandes compañías que hoy funcionan de forma separada: Corteva Agriscience -que reúne a los negocios agrícolas de Dupont y Dow-, Dow Chemical -que tiene todos los negocios de polímeros plásticos de Dow y algunos de Dupont-, y DuPont propiamente dicha -que luego de desprenderse del negocio de salud y nutrición, quedó operando en la Argentina con las unidades de agua y protección, electrónica e imagen, y movilidad y materiales.
"Son dos empresas de mucha trayectoria en el sector y, cuando se unieron, se dio una gran complementariedad de los negocios", aseguró el ejecutivo. Corteva es una empresa global con una fuerte base en los Estados Unidos y se define como una "empresa tecnológica", ya que su core es la innovación.
Tecnología para el productor
Así, Sudera comentó: "Hoy el agro es un gran consumidor de tecnologías y nuestro trabajo es transformarla y ponerla a disposición de un productor para que todo le rinda más". En ese contexto, contó que el negocio más fuerte de la empresa es el desarrollo de semillas para los cultivos de maíz, soja y girasol.
"La otra unidad importante es la que llamamos protección de cultivos que, después de la adquisición reciente que hizo la compañía de Stoller y Symborg, es mucho más amplia. En ese paraguas entra lo tradicional que son los insecticidas, herbicidas y fungicidas y se suma la parte biológica nueva, que es muy similar a lo anterior, pero apoyado en conceptos biológicos", expuso el ejecutivo.
Y continuó: "Nuestro norte es buscar que cada hectárea rinda cada vez más. Hay una necesidad de que así sea porque no hay nuevas hectáreas en el mundo, entonces hay que hacerlas más eficientes. Entonces, ponemos tecnología dentro de una semilla para que los efectos ambientales, los de malezas y de insectos no bajen el rendimiento de cada hectárea. De lo contrario, se necesitarían muchas más hectáreas para producir la misma cantidad de alimentos".










