

El acceso a información confiable sobre sexualidad y ciencia tiene un efecto directo en la manera en que las personas se relacionan con su propio cuerpo y su entorno. Contar con conocimientos adecuados desde temprana edad permite a chicos, adolescentes y adultos desenvolverse con mayor comodidad y seguridad, evitando sufrimiento innecesario y promoviendo decisiones más informadas.
"Decidí pasar del consultorio a la comunicación porque me encontraba con que, paciente tras paciente, necesitaban información. Me di cuenta de que no era justo que una persona tuviera que pagar una consulta privada para recibir una información que tiene todo el derecho a adquirirla desde el principio de su vida", relató Cecilia Ce, psicóloga y sexóloga en Womer Leadership Summit, un evento que organizaron El Cronista y revista Apertura la semana pasada en La Rural.
La especialista agregó que la falta de información, muchas veces "ausente por decisiones políticas, genera malestar y sufrimiento".
En términos de sexualidad, la especialista que también se dedica a distribuir datos e información a través de las redes sociales, subrayó, que la educación adecuada previene complicaciones y facilita la comunicación.
"El desconocimiento suele ser el principal problema, así como la falta de herramientas para la comunicación. Si uno no lo ve, no se entrena eso", afirmó. Además, destacó que la mayoría de las problemáticas estudiadas tradicionalmente son masculinas, y que conocer sobre la sexualidad femenina permite empoderar y generar comodidad: "Tener la información adecuada brinda conocimiento y da comodidad".
Mujeres en la ciencia
El empoderamiento a través de la información también es clave en la ciencia y la academia. Ana Franchi, expresidenta del Conicet, señaló que aunque la mayoría de estudiantes universitarias en Argentina son mujeres, su representación en cargos de gestión sigue siendo limitada. "En las más de 50 universidades públicas que tiene la Argentina, donde hay más del 60% de estudiantes mujeres, hay 10 u 11 rectoras. La universidad más grande del país, la UBA, nunca tuvo una rectora mujer", explicó.
Franchi destacó que la visibilidad de las mujeres científicas sigue siendo desigual. "Nos acordamos del descubrimiento, pero no de quién lo hizo", reflexionó sobre los aportes femeninos durante la pandemia, como la creación de un barbijo protector y el desarrollo de vacunas. Señaló que estas experiencias muestran cómo el conocimiento y la visibilidad generan no solo avances científicos sino también un modelo inspirador de inclusión y equidad de género.
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