Al ritmo del electrizante riff de la Gibson SG de Angus Young en "You shook me all night long", uno de los más legendarios clásicos de AC/DC, el presidente de Stellantis Argentina, Martín Zuppi, con el gobernador cordobés, Martín Llaryora, y el intendente de la capital provincial, Daniel Passerini, corrieron el telón e, iluminados por infinidad de flashes, develaron a la Dakota, el nuevo modelo que la automotriz producirá desde esta semana en la Argentina.

Es la segunda pick-up, después de la Fiat Titano (lanzada en julio), del proyecto de u$s 385 millones que Stellantis empezó a invertir el año pasado para convertir a su centro industrial de Ferreyra en un hub exportador de este tipo de vehículos para la región. Se trató, también, de un acontecimiento significativo por otra razón: es la primera vez en la historia, pese a los antecedentes industriales que, en distintas etapas, tuvo Chrysler en el país, que la marca RAM brillará blanca y celeste con producción en la Argentina.

"El Polo Industrial Córdoba da un paso trascendental. Es un hito histórico para Stellantis y para la industria automotriz argentina", celebró desde el estrado Zuppi, quien además festejaba su cumpleaños. "Se da inicio, por primera vez a la producción local de una marca americana (sic) especialista en pick-ups como RAM", mencionó el primer motivo. "Además, se consolida al Polo Industrial Córdoba como un centro regional de producción de pick-ups, mejorando la competitividad argentina como un hub de exportación a distintos países de la región", enfatizó el segundo.

Con este desembolso, Stellantis completa su más reciente ciclo de inversiones, después de los u$s 270 millones que requirió la producción en la planta de El Palomar del Peugeot 3008, primer SUV de la marca del león, lanzado el año pasado y que ya cuenta un versión con motorización electrificada.

Los u$s 385 millones invertidos en Córdoba, además de las dos pick-ups, incluyeron el motor Multijet 2.2, "que pronto comenzará a fabricarse en esta planta, elevando la integración regional y la capacidad exportadora", aseguró Zuppi. Con el motor, cuya producción arrancará en 2026, las pick-ups alcanzarán una integración local de entre 35 y 40 por ciento.

El ejecutivo destacó lo que significa "convencer a las casas matrices de que podemos producir con calidad mundial y hacerlo en un contexto desafiante como la Argentina". Es que, iniciada la producción, ahora comienza la tarea más difícil: vender el modelo en el exterior.

En la industria automotriz argentina, difícilmente una inversión se justifique exclusivamente por el mercado local. Y, en lo que va del año, la exportación es el único indicador a la baja del sector, con una caída acumulada del 9,1%, a 199.811 unidades, hasta septiembre, según estadísticas de Adefa, la cámara de las automotrices que tiene, precisamente, a Zuppi como presidente.

Ese retroceso exportador arrastró a la producción, que terminó en baja por tres meses consecutivos desde julio. La causa principal fue la pérdida de competitividad de los vehículos fabricados en el país. En especial, en Brasil -mayor comprador por lejos de la producción nacional-, donde hay una agresiva avanzada de los vehículos chinos.

Zuppi, junto a la nueva RAM Dakota en la planta de Córdoba
Zuppi, junto a la nueva RAM Dakota en la planta de Córdoba

Este año, la planta de Ferreyra hará 55.000 unidades del sedán Cronos, de Fiat, y 12.500 entre Titano y Dakota. De la última, serán 1400 hacia fin de año (su lanzamiento comercial será a fines de noviembre). En 2026, Stellantis proyecta producir 50.000 unidades de Cronos, unas 17.500 de Titano y otras 17.500 de Dakota.El 70% de las pick-ups se enviará al exterior. Principalmente, a Brasil -donde se lanzará en el primer trimestre- y otros mercados, como México y Uruguay. Su presencia en la región significaría el adiós de la Landtrek, pick-up de Peugeot que hoy se ensambla en Uruguay.

"Creemos en una Argentina que mira al mundo de frente, que exporta valor agregado, conocimiento y talento argentino", dijo Zuppi en su discurso. "Con RAM, recuperamos lo mejor de nuestra tradición industrial", agregó. Recordó que, en un país "que atraviesa desafíos", Stellantis "eligió invertir".

"Somos la única automotriz que toma miles de trabajadores en un fuerte proyecto y que, además, producirá motores", se diferenció de las otras automotrices que también fabrican en el país productos de esa categoría. En números, la producción de pick-ups de Stellantis creará 1800 empleos. El 50% estará ocupado por mujeres. Unos 1100 ya ingresaron a la compañía. Del total, 400 son, específicamente, para RAM, más otros 300 para el motor. En términos de producto, Dakota tiene 350 piezas de diferencia con Titano.

"Para consolidar este camino, necesitamos reglas de juego claras. Hoy, con cada vehículo fabricado en la Argentina, exportamos un 16% de impuestos. Brasil, el 7% y México, 0", reconoció el CEO. "Reduciendo esas asimetrías, la Argentina puede competir con cualquier fabricante del mundo. Confiamos en que el buen diálogo con los gobiernos nacional, provinciales y municipales, que ya viene dando frutos, siga adelante y dé buenos resultados", añadió.

No fue su única expresión de deseos. "Necesitamos incentivos fiscales e infraestructura de carga que acompañe la transición hacia la electrificación. La Argentina está llamada a ser protagonista de la industria automotriz internacional", dijo Zuppi.

Después, en conferencia de prensa, le quitó el tono de reclamo a esa expresión. "La Argentina hoy exporta un 16% de impuestos. Cualquier reducción fiscal que nos acerque a cero nos hace más competitivos. El año pasado, era 24%, así que claramente mejoramos. Pero tampoco es que la situación es buena. Estamos muy lejos de México y de Brasil", aclaró.

"Intentemos jugar con las mismas reglas que en otros mercados. En ese 16%, hay de todo: de tasas municipales a impuestos distorsivos en toda la cadena de valor. Así que no lo tomaría como un reclamo, sino como un trabajo en conjunto. Cualquier cosa que reduzca la presión fiscal y haga más competitivos a los productos argentinos alentará a que exportemos más", reiteró.

En relación al tipo de cambio actual, aseguró que "hoy, estamos más o menos acomodados para llegar a esos volúmenes". "Nosotros no perdemos energía en pensar cómo sería el mundo ‘si...'. Todo lo que tiene solución es un problema; lo que no, una realidad. El tipo de cambio no es algo que nosotros podamos arreglar. Entonces, nos adaptamos a la situación del país, con todo lo que implica. Ponernos a pensar si es competitivo no es algo que nos quite tiempo. Tenemos que enfocarnos en ser eficientes para que, con las normas que tenemos, podamos trabajar de la mejor manera, ser rentables y poner los productos en la calle", amplió.

En tal sentido, valoró trabajar con una economía más normalizada. "Tener la posibilidad de importar libremente, de pagar libremente, de elegir cómo es nuestro line-up, todo eso es importante. Bien o mal, hoy podés importar, podés pagar. Un proyecto como este, con restricción de importaciones, era imposible. Las reglas de juego son importantes", ponderó.

Tanto en su discurso como en la conferencia de prensa, Zuppi también destacó la cooperación con las autoridades de Córdoba. Tanto a nivel provincial como municipal. Por su parte, Llaryora y Passerini también subrayaron la importancia que el proyecto de inversión de Stellantis tiene dentro del entramado industrial mediterráneo.

"América latina tiene en las pick-ups uno de los mercados más estables y que más se va a desarrollar", destacó el Gobernador. "En la Argentina, a la industria del agro, también jugarán un rol muy importante la minería y la energía, que serán grandes compradores de vehículos utilitarios y pick-ups", agregó. "Tener un hub de producción de pick-ups significa tener más certezas en el tiempo. Eso, para un gobernante, es importante", destacó. Tenía su razón para decirlo: el jueves, se produjo en Córdoba la última unidad de la pick-up Frontier, de Nissan, un proyecto que había sido gestado hace una década, con una inversión de u$s 600 millones. Finalizó por la crisis financiera global que atraviesa la automotriz japonesa y arrastró con ella a su producto hermano, la Alaskan, de Renault.