Horacio Marín se acomoda en un sillón de su oficina, en el piso 32 de la torre de Puerto Madero. A su derecha, una inmejorable panorámica del Río de la Plata. En un par de días, cruzará el ocre e inmenso charco para firmar en Montevideo el acuerdo por el cual ENI se sumará como socio, con el 50 por ciento, a la exploración off shore que YPF hace en Uruguay.
Fue el segundo anuncio que las dos empresas compartieron en una ventana de poco más de un mes. En octubre, sellaron el convenio de ingeniería final para una de las fases de Argentina LNG, el megaproyecto de exportación de gas licuado. Con la incorporación de los italianos, la iniciativa demandará una inversión de infraestructura de entre US$ 25.000 millones y US$ 30.000 millones, más US$ 15.000 millones en perforación de pozos. Además, existen negociaciones para invitar a participar -y financiar- esa expansión de producción en Vaca Muerta a ENI y XRG, de la emiratí Adnoc, el otro off-taker de reciente adhesión al proyecto.
“Con ellos, ya tenemos asegurados 12 millones de toneladas”, afirma Marín. Como si, a esa altura, ya intuyera -o supiera- algo que fue noticia un par de semanas después: la salida de Shell del proyecto (al menos, de su fase inicial).
Una nube que, como la tormenta que se ve venir por la ventana en ese mediodía gris de fines de noviembre, poco parece preocuparle. En todo caso, lo ocupa. A fin de cuentas, poco más de un año atrás, la baja de Petronas -socio estratégico desde el día 1- amenazó con hacer naufragar el proyecto. Pero Marín lo sacó a flote y se entusiasma, cada vez más, con llevarlo a buen puerto. Todo, en paralelo con las otras grandes iniciativas de YPF. Entre ellas, el oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS) y su financiamiento, de US$ 2000 millones, el mayor project finance de infraestructura de la historia argentina, cerrado en julio. O la salida de los campos maduros, al tiempo que, impulsada por el no convencional, la empresa avanzó hacia el record de producción de 200.000 barriles diarios.
“Soy un gran empujador y trabajo fuerte todo el día”, se define el ejecutivo, de 62 años cumplidos en mayo, mientras repasa su 2025. “Soy la cara visible de un equipo. Lidero a la compañía y empujo para lograr cosas difíciles. Motivo para que vayamos más allá de lo que creemos que se puede hacer”, agrega.
Ex tenista, dice haber aprendido “mucho” del deporte. Sobre todo, esa ambición de siempre ir por más. Pero, hombre forjado en Tecpetrol, la energética de Techint, YPF es algo distinto. “Me cambió mucho el chip. Más, llegando a los 60 años, siendo el último trabajo y diciendo: ‘Esto lo vamos a hacer’. Te da una fuerza impulsora muy grande”, asegura el ganador del premio al CEO del Año que otorgan APERTURA, El Cronista y PwC.
-¿Cómo está terminando YPF el año?
-Este año fue muy importante. Consolidamos una nueva forma de gestionar, concentrada en generar valor para los accionistas. Fue fundamental para lograr todos los resultados. Si no está la mayoría de la gente alineada con eso, es muy difícil. Un diagnóstico puede hacerlo alguien que sabe mucho o alguien que sabe menos. Lo difícil en la vida es ejecutar, no diagnosticar. Y la ejecución, siempre, necesita muchas personas. Por cómo estamos trabajando en YPF, necesitás miles de personas muy, muy enfocadas en los objetivos para lograrlos. Y, después, hay un gran trabajo en paralelo. Por eso, tengo 16 reportes. Si no, muchas cosas se traban. Aunque el gerente de recursos humanos diga que no es lógico tener tantos reportes, yo lo creo muy lógico para ir muy rápido. Hacés algo mucho más lean, más pequeño, pero mucho más intenso.
-¿Cuáles fueron los hitos de YPF en 2025?
-Uno fue VMOS. Es el mayor project finance histórico de la Argentina y lo hicimos entre todas las compañías del sector. Eso es lo que tiene de importante: es el primer proyecto de envergadura en infraestructura realizado por los privados, no por el Estado. Y va a eliminar el cuello de botella que tiene Vaca Muerta en petróleo. La Argentina va a poder producir, mínimo, 1 millón de barriles diarios. Eso es extraordinario.
-¿Por qué?
-Porque, al sacar ese cuello de botella, en ese proyecto global de que la Argentina exporte US$ 30.000 millones (los números nos dan que pueden ser hasta US$ 50.000 millones), ahí ya tenés la primera parte. Porque son US$ 10.000 millones de lo que es normalmente y US$ 22.500 millones que puede dar de adicional este oleoducto, entre toda la Argentina. En este punto, también hay que enfatizar el gran cambio de YPF.
-¿Cuál fue ese cambio?
-Que, habiendo salido de los campos maduros, pasamos los 200.000 barriles de producción neta propia (producción operada es mucho más: arriba de los 330.000). El cambio de estrategia, de concentrarnos en no convencional, sólo por la diferenciación de costos, le genera en forma anualizada US$ 1300 millones de mayor ebitda para los accionistas. Eso es lo primero que hicimos. Cuando llegué, los partes diarios estaban en 95.000, 96.000 barriles. Llegar a 200.000 tan rápido habla del foco, de la excelencia, de la energía que está dando toda la gente que trabajamos en YPF para lograr esos objetivos.
-Si uno se remite al plan 4x4 que presentó cuando asumió en la empresa, el foco en no convencional es uno de los pilares. Otro, la optimización de portafolio, con la salida de actividades non core. ¿Cuánto se avanzó?
-En el manejo de portafolios, salimos de YPF Brasil, de YPF Chile. También, creamos una YPF Bio, que va a tener la mitad de las acciones de Santa Fe Bio, donde vamos a generar biocombustibles para aviación. Ya salimos de todos los campos maduros y terminamos ese programa (N.d.R.: el Plan Andes) muy contentos: no fue que una compañía se llevó todo (eso era mi mayor temor), sino que entraron muchas empresas y se generó el ecosistema que buscábamos. Y compramos activos también: los de Total, el campo de gas de ExxonMobil. Estamos saliendo ahora con MetroGas y estamos tratando de vender las áreas convencionales que tienen rentabilidad.
-¿Por qué venderlas si son rentables?
-Por una cuestión de eficiencia y de mejora para el país y para las otras empresas. Si, como operador, tenemos 16.000 locaciones para perforar, eso da más de US$ 220.000 millones. No podemos enfocarnos en áreas donde tenemos más de US$ 20 por barril de costo operativo (lifting cost), contra un área donde tenemos US$ 4. Tenemos que generar valor.
“El presidente Milei me dijo que venga a YPF y genere valor. Eso es único. Ese es mi trabajo: me concentro en eso”
-Siguiendo con el 4x4, el pilar 3 es la optimización de costos.
-El 13 de diciembre del año pasado, el Día del Petróleo, inauguramos el primer real time intelligence center (RTIC), que fue para upstream. Ya hicimos 30 pozos autónomos con decisiones tomadas desde acá, desde Puerto Madero. Debemos ser la primera compañía que lo hace. Ya hicimos 500 fracturas autónomas. También todas las refinerías trabajan real time. Logramos refinar 45.000 barriles más que hace dos años. Fue como haber hecho media refinería de Luján de Cuyo adicional. Y, con todo ese trabajo, la de La Plata ganó el premio a la mejor refinería de América latina. Es la primera vez que YPF lo consigue; nunca había sido ni ternada. Fue algo impresionante cómo lloraba la gente cuando nos dieron el premio. Porque eso es lo que te da la seguridad de que vas a encontrar valor.
-¿Por qué?
-Porque es la gestión más la pasión. Cuando ves que la gente se emociona con el trabajo realizado, hay pasión. Llorás únicamente cuando le metés pasión.
-En agosto, YPF empezó a implementar RTIC para hacer micropricing de combustibles. ¿Cómo funcionó?
-El comercial es uno de los más disruptivos que hemos hecho. Vemos cada surtidor y cómo es la demanda. Hemos hecho muchas cosas; nos genera muchas eficiencias. Como el de operaciones en Neuquén, también. Ahí tenemos drones. El otro día, con el dron, agarramos en minutos un pozo que podría haber tenido un problema, con impacto ambiental. No hubo ni siquiera un derrame porque lo pudimos controlar.
-¿Cuáles serán los próximos pasos de Argentina LNG?
-Hace un año recién empezábamos con el LNG. Por la complejidad, es uno de los proyectos más complejos que podés hacer en tu vida profesional. Tiene todo: upstream, midstream, downstream, comercial, internacional… Ahí, ya que resaltar el primero, que fue liderado por Pan American (sic). Yo lo llamo “Argentina LNG 1”. Ese ya es una realidad. Es de 6 millones de toneladas, 25 millones de metros cúbicos, y estamos muchas compañías: Pan American, YPF, Pampa, Harbour y Golar. Es un proyecto muy extraordinario: nunca la Argentina había logrado hacerlo. Es Tallin fee, donde se alquilan los barcos. Y, después, viene el otro, el monstruo, que era más difícil de armar. Y no sé si lo hemos comunicado correctamente: es una inversión extranjera gigante.
-¿Qué dimensión puede alcanzar?
-Estamos buscando 18 millones de toneladas como objetivo. Pueden ser 12 millones también. Pero el de 12 millones es prácticamente seguro porque ya lo tenemos binding, con el involucramiento que tienen ENI y Adnoc, que es admirable. Estoy convencido de que vamos a cerrar el FID (N.d.R.: sigla de “decisión final de inversión” en inglés) rápidamente. ENI declaró con inversores y habla del primer quarter de 2026. Yo hablo más del segundo quarter. Porque hacer un FID es muy impresionante. Pero ya tenemos propuestas, por ejemplo, de financiamiento de los barcos. Las tenemos listas. El adelanto que estamos haciendo del proyecto es gigante. Son US$ 45.000 millones de inversiones en cuatro años. Seguro que es la inversión extranjera más grande. Si la dividís por año, es la mayor que hubo en los últimos 20 años.
-Hace un año, la noticia había sido la baja de Petronas, el “gran socio”. ¿En cuánto dependió de usted de que el proyecto no se cayera?
-Soy un gran empujador y trabajo fuerte todo el día. Pero es un trabajo entre todos; yo soy la cara visible. Lidero la compañía y empujo para lograr cosas difíciles. Motivo para que vayamos más allá de lo que creemos que se puede hacer. Aprendí mucho del deporte, mucho de estos muchos años de profesional. Cambié mucho esa forma de pensar y de ser al venir a YPF. No digo que soy un entrepreneur porque no lo fui nunca. Pero me cambió mucho el chip. Más, llegando a los 60 años, siendo el último trabajo y diciendo: “Esto lo vamos a hacer”. Te da una fuerza impulsora grande. Trabajo fuerte, motivo, le meto mucha energía a esto. Pero no lo puedo hacer yo.
-¿Los 12 millones de toneladas, entonces, ya están cubiertos?
-Los 12 millones son ENI y Adnoc. El objetivo de YPF -y el personal mío- es 18 millones. Hay que ir fuerte arriba: buscamos 18 millones de toneladas y cerrarlo. Pero, si no es 18, es 12. Y el de 12 ya está listo. Pero también puede ser el de 18. Si no es Shell, tenemos varias empresas muy grandes a nivel mundial que también quieren ingresar. Estamos trabajando en ver cómo definimos esos 6 millones adicionales.
-¿18 millones es el volumen máximo que se banca el proyecto para ser sustentable?
-Al principio, hablaba de 30 millones de toneladas para Argentina LNG. Había calculado ese número desde el punto de vista técnico, del subsuelo, de las reservas, que es algo de lo que entiendo mucho. Era un número muy grande. Sería el tercer proyecto más grande del mundo. Era importante para YPF, muy importante para la Argentina y una locura para la gente de la energía. Locura. Entonces, lo fuimos articulando. Primero, vino lo de Golar, que es distinto; ese es menos rentable. Pero, después, hicimos nosotros un proyecto muy robusto, más que el de Golar.
-¿Por qué más robusto?
-El de Golar es de gas seco. Este es un proyecto que también produce petróleo. Teníamos que buscar inversiones extranjeras porque nadie había trabajado en LNG seriamente en la Argentina. De lo que me di cuenta hablando con dueños de empresas que tienen activos (yo soy empleado) es que era más difícil que quisieran poner un capital tan grande. Entonces, vi que tenía que ir por inversión extranjera y salimos al mundo a buscar, a buscar y a buscar, porque era una inversión extranjera muy grande: de 6 millones de toneladas, nos quedaban unos 24 millones por colocar. Pero pensé que habría más inversión de empresas argentinas que iban a tirarse de cabeza al LNG porque venían trabajando en cosas chicas de LNG en la Argentina. Creía que esto iba a articular y articular los 30 millones. YPF, más de 24 millones, no puede capturar por una cuestión de capital. Lo que estamos haciendo es lo máximo que podemos sin apalancar tanto a la compañía y ponerla en riesgo. El otro extra tenía que entrar de otras compañías que no tomaron la decisión. No pasa nada. Entonces, fui a uno muy grande, que no era YPF solo; éramos todos. Creo que podemos llegar a 24 millones; lo veo muy positivo. Si no, serán 18 millones, que es una caballada igual.
“El objetivo de Argentina LNG (y mío) es 18 millones de toneladas. Si no es Shell, será otro. Con ENI y Adnoc, aseguramos 12 millones”
-El proyecto incluye un gasoducto dedicado. ¿Cuándo empezará esa obra?
-Apenas tengamos el FID. Estamos trabajando para tener listas todas las licitaciones. Creo que, para 2027, empezamos con todo. Necesitamos hacer obras y pozos. Tenemos cuatro años después de firmar. Los dos barcos, los 12 millones de toneladas, ya los tenemos. Después, el otro se agrega. Incluso, tenemos hasta cartas de posibilidades de financiamiento ya listas. Garantías, que son muy importante, después, con los bancos, las conseguís. El cuello de botella termina siendo el barco. Desde que te comprometés y le decís a la empresa “dale”, hasta que llega y se pone en marcha, son cuatro años.
-¿No va a esperar a que esté listo el oleoducto VMOS para calzar los proyectos y no estar haciendo, y financiando, dos inversiones tan grandes al mismo tiempo?
-No, porque vamos a tener que hacer otro VMOS. Vamos a tener que hacer un gasoducto, un oleoducto, poliducto… Vamos a tener que hacer turboexpander; vamos a tener que hacer instalaciones para fraccionarlo en LPG, el que usan las garrafas… Vamos a tener que hacer plantas de separación primaria, los pozos, los barcos y las conexiones, porque los barcos van a estar a 5 kilómetros de la costa. Entonces, tenemos que encarar toda esa obra, que es gigante. ¿Cuál es la máquina crítica para eso?
-¿Cuál?
-Los barcos. Si los tenés, pero no hiciste las obras, empezás a perder dinero muy fuertemente. Cuando los barcos estén acá, hay que tener todo listo. Puede ser que el gasoducto, en vez de empezar en enero de 2027, si lo necesitás en cuatro años, puedas iniciarlo un poco después. Pero tenés que ir haciendo todo de a poco. Hacer todo muy rápido, muchas veces, tiene un sobrecosto. Hacerlo muy largo tiene sobrecosto. Hacerlo en los tiempos normales es lo más óptimo. Pero la perforación hay que hacerla de antes. Cuanto más te acercás, más actividad tenés que hacer. Y ahí tensionás mucho a los grupos de trabajo para, después, bajar. Lo que te conviene es tomarte tu tiempo. Es un tema de capital de trabajo. También, del financiamiento.
A Full
Pausa. Suena su celular. Tiene de ringtone el sonido clásico, de timbre de los teléfonos antiguos. Es un alto funcionario del Gobierno. Marín se levanta, atiende y se va a la sala contigua. Vuelve a los dos o tres minutos. “Tampoco es que me llaman todo el tiempo”, se excusa.
La taza ya está vacía. El café, dice, es el mismo que se sirve en las estaciones de servicio. También las hamburguesas, apunta. “Acá, en la torre, tenemos una Full”, señala. Lo único distinto son las empanadas: son de Nuestras Costumbres Criollas, un local de Retiro donde Marín compraba cuando trabajaba en Tecpetrol. Él mismo llamó al dueño para preguntarle si se animaba a proveer 800 unidades diarias para la torre. “Hace poco me llamó y me contó lo que le cambió la vida después de eso”, cuenta.
Marín está en todo. Habla con la misma intensidad de la operación de un pozo como del financiamiento de una inversión o del menú de una Full. “Si vas a una estación de servicio y los baños están limpios, el café es rico y la hamburguesa está buena, la gente se va con la idea de que hacemos buenos pozos. Y es verdad; lo siento así”, está convencido.
“El trabajo de Marketing, lo que cambiaron las Full, también es parte del cambio gestional. No es que nos importa sólo el upstream o cómo hacer los pozos. Nos importa todo. No hay un sector core y otro no: todos hacemos YPF. Todos aportamos nuestro granito de arena”, enfatiza.
-En Marketing, se avanzó con la renovación de las Full y se mantienen los acuerdos con AFA, Messi y Colapinto, entre otras acciones. Además, se sigue con una de las pocas políticas de Estado de la Argentina: la pelota YPF. ¿Qué resultados arroja toda esa erogación?
-La gente de Marketing me decía que, en una encuesta que se hizo toda la vida, siempre igual, tenemos en este momento la máxima marca histórica de YPF, con un 90 por ciento de imagen altamente positiva. Seguramente, tenemos mucho para mejorar. Pero los mismos operadores están muy contentos. Duplicamos las ganancias de las Full. No todas las estaciones de servicio son de YPF: de más de 1700, 160 son de YPF y 1600, de inversores privados. Hicimos cambios, cambios tecnológicos. Hacemos cross-selling, que no lo hace nadie: cuando cargás nafta, te ofrecen café, hamburguesa, lo que quieras, y te lo llevan al auto. También les pagamos comisiones a los playeros. La gente, en general, tiene bono de productividad. Es un cambio muy grande y se nota: la pasión hace que las empresas tengan resultados extraordinarios. Fue un acierto inconsciente.
-¿“Acierto inconsciente”? ¿Qué significa?
-No fui consciente, cuando lo escribí, porque lo hice personalmente antes de entrar a YPF, del objetivo de país que pusimos. Nunca fui consciente de que se estaba escribiendo un objetivo de país y que, entonces, se iba a alinear tanto a la gente en poner tanta energía para lograrlo. Eso es lo que nos hace a todos -y a mí, personalmente, también- poner tanto para lograr el objetivo. Es la diferencia: YPF me genera una adrenalina que no se me generó en otro lado. Sólo en el deporte. Y no es porque sea desagradecido de donde trabajé antes. Sino porque creo que logramos meter un objetivo fuerte de largo plazo, a ocho años, con el que ayudaremos a la transformación del país que está haciendo el Gobierno.
-¿No hubo también algo de llamado al servicio público cuando lo convocaron para este trabajo?
-No, porque yo vine a una empresa privada. Porque esta es una empresa privada en la que el Estado tiene mayoría. Eso hay que entenderlo y estoy acá porque el presidente Milei me designó. Lo que me pidió es generar valor. Eso es único. Por eso, muchos en la industria dicen que yo tuve la suerte de la vida no sólo de estar muy capacitado (estoy muy capacitado) pero, también, de tener un gobierno que quiere transformar y deja trabajar y generar valor. Esas dos combinaciones hacen al resultado.
-Históricamente, YPF terminó siendo un instrumento de regulación y control de mercado. No da la sensación de que hoy pase eso.
-No puedo hablar de la YPF anterior. No estuve; sería injusto. Sí puedo decir lo que pasa hoy. Todos estos programas, la forma en la que priceamos los combustibles, está todo muy bien hecho. Hay muchísima gente que trabaja en eso y lo empuja. Estamos bien y los resultados se ven. El balance de este año va a ser muy “sucio” por la salida de los campos maduros. Cuando te vas después de tantos años, de muchos yacimientos que tenían pérdidas, acumulás liabilities de abandono de pozos, laborales, tenés que cumplir con la ley… Es una salida de dinero por una vez muy alta. Este año, ya ni miro el resultado operativo porque está muy distorsionado por eso. Además, hay temas contables, como el impuesto diferido. Por eso, llamo “balance sucio” al de este año. Queremos hacer todo para que, a partir de 2026, sea bien limpio y se vean muy bien todos los resultados.
“¿Cuándo empieza el gasoducto? Ni bien esté el FID. Para 2027, vamos con todo: necesitamos hacer obras y pozos”
-¿Qué timeline maneja para la venta total de los activos non-core?
-En MetroGas, ya estamos trabajando con el banco de inversión. Con la extensión de la Secretaría de Energía (N.d.R.: al cierre de esta edición, todavía no había salido), estamos para hacer la licitación. Hay bastante interés. Nos han venido a ver algunas empresas de afuera.
-¿Por qué vender YPF Agro?
-Buscamos un socio estratégico. Hicimos la empresa YPF Agro, que no estaba. Era un canal de comercialización. Queremos optimizarlo. La idea es que YPF le venda el gasoil y esa empresa se lo pague. Después, que ella genere valor con el gasoil de YPF. Se lo vamos a dar a una compañía privada que conozca mucho de campo, tenga mejor llegada a los clientes y sepa exportar granos. Nosotros no sabemos exportar granos. Esa nueva empresa le va a generar mucho más valor e YPF, al tener el 50 por ciento, ganará mucho más de lo que gana hoy. Hoy, hay meses que perdemos plata. Cuando das financiamiento, como un banco, tenés que ganar. Si al campo le doy gasoil y me lo paga con granos, yo tendría que tener más ganancia que el precio de gasoil. Si no, hay algo que no funciona. Eso, ahora, lo va a definir alguien que sepa. Los números, hoy, no me cierran. No tenemos una ganancia que justifique semejante canal.
-Todos estos proyectos -en especial, el de LNG- van a trascender el plazo que se puso para estar al frente de la empresa…
-Nooo… (interrumpe) Voy a estar hasta 2031.
-Al principio, usted habló de cuatro años.
-El presidente Milei tiene un primer mandato. Pero, como van las cosas… Aparte, nosotros estamos haciendo las cosas muy bien.
-Entonces, sus nietos van a tener que seguir esperando el viaje a Disney.
-(sonríe) Capaz que ahí rompo… Hay que ver si lo hago en el medio. Pero siempre dije que me voy a Disney en 2031. Tengo Infinia en el tanque hasta ese año.
-Usted es un petrolero profesional. Alguien del mundo energético. ¿Qué siente cuando su imagen se proyecta a otros ámbitos? Por ejemplo, cuando Mauricio Macri dice que lo propuso como jefe de Gabinete o su nombre suena cada vez que se habla de un recambio ministerial.
-Eso muestra que estamos haciendo las cosas bien. Pero no tengo intenciones, ambiciones políticas. Nunca hablé con nadie. El presidente Milei me dijo que venga a YPF y genere valor. Ese es mi trabajo. Me concentro en eso. Tampoco me vuelvo loco cuando salen esas cosas en los diarios.
-Una cosa es que sean versiones periodísticas; otra, que el mismo Macri lo devele en su cuenta oficial de X.
-En ese caso particular, me sentí incómodo. Estaba en Abu Dabi. ¿Por qué me sentí incómodo? Porque no hablé con él. Y me parece que el que define quiénes son sus ministros es el presidente Milei, ¿no? Me sentí incómodo porque yo quiero estar en YPF. No estoy jugando a tres, cuatro, cinco, seis, siete puntas. A ninguna. Nada. Yo juego para YPF. Te voy a leer lo que le dije a todo el comité ejecutivo (busca el chat en su celular): “Me preparé para YPF. Es lo que voy a hacer. Es mi objetivo de vida. Es mi Wimbledon. Abrazo a todos y vamos a lograr algo único, de lo que estarán orgullosos nuestros nietos”. Yo me preparé para YPF. Que ustedes o los demás piensen habla de que estoy haciendo las cosas bien. En la Argentina, muchas veces, la gente extrapola: si hacés una cosa bien, podés hacer todo bien. Mirá a Michael Jordan: era un genio jugando al básquet y, cuando jugó al baseball, no le fue tan bien. No es que si vos hacés una cosa bien estás capacitado para hacer todo bien.
(La versión original de esta nota se publicó en la edición número 384 de la revista Apertura, correspondiente a diciembre de 2025)














