En esta noticia

YouTube volvió a ser el lugar donde las marcas personales se construyen en serio. Publicar de forma constante te da visibilidad, sí, pero sobre todo te da autoridad y credibilidad. Cuando tu comunidad te ve compartir valor en profundidad, deja de verte como “alguien que hace contenido” y empieza a verte como una referente.

Por qué YouTube “todavía” importa

YouTube mueve una cantidad absurda de horas de visualización todos los días y convive con formatos que otras plataformas no sostienen: tutoriales, podcasts, reseñas, educación profunda. En ese mar, los nichos están menos saturados que en redes de scroll ultrarrápido: si sos claro con tu tema y formato, todavía hay espacio para crecer con una propuesta consistente.

Ganar con YouTube lleva tiempo. AdSense paga, pero escala recién cuando tenés volumen. Lo inteligente es combinarlo con otras fuentes: afiliados, productos digitales, servicios o patrocinios. Además, hoy la plataforma impulsa más que nunca los acuerdos entre marcas y creadores, así que hay muchas formas de monetizar más allá de los anuncios.

Cómo crecer en 2025: el playbook accionable

  1. Definí el nicho y la promesa. Una frase: “Ayudo a X a lograr Y con Z”. Cuanto más específico, mejor funciona el algoritmo (y la memoria de la gente).
  2. Diseñá tu mix de formatos. La clave para crecer en YouTube está en combinar distintos formatos según tus objetivos. Los Shorts son ideales para generar alcance y descubrimiento: funcionan como una vidriera rápida que puede llevarte frente a miles de personas nuevas en pocos segundos. Los videos de 8 a 15 minutos son perfectos para profundizar, compartir tutoriales o desarrollar casos que posicionen tu expertise. Si buscás construir autoridad, las entrevistas o video-podcasts te ayudan a conectar con nuevas audiencias y, además, podés reciclar fragmentos como clips más cortos. Y los vivos son una excelente herramienta para reforzar el vínculo con tu comunidad: usalos cuando tengas un lanzamiento, quieras responder preguntas en tiempo real o simplemente charlar con tus seguidores.
  3. Optimización que se nota. Tu miniatura tiene que contar una sola idea: pocas palabras, un rostro expresivo y buen contraste. El título, claro y con un toque de curiosidad; prometé algo y cumplilo rápido, en los primeros segundos. Usá capítulos y pantallas finales para guiar a la gente hacia más contenido tuyo. Y si podés probar distintas miniaturas, hacelo: los datos siempre hablan mejor que la intuición.
  4. SEO de YouTube. Investigá una keyword principal por video y variantes. Herramientas como TubeBuddy o similares ayudan con keywords, etiquetas y hasta testing de thumbnails. No te obsesiones, pero usá datos para titular mejor.
  5. Ritmo sostenible > maratón de una semana. La frecuencia ayuda, la constancia construye. Un video semanal es ideal; si no llegás, quincenal. Lo que no puede fallar es el calendario que le prometés a tu audiencia (y a vos).
  6. Analíticas que mueven la aguja. Mirá retención, CTR y suscripciones por video. Si todos abandonan al minuto 1: revisá el gancho. Si el CTR es bajo: trabajá título + miniatura. Si pocos se suscriben: reforzá tu propuesta de valor al final y conecta con otro video clave.
  7. Colaboraciones con sentido Buscá pares de tamaño similar en tu nicho. Cocreá videos, compartí clips y playlists cruzadas. Es crecimiento y aprendizaje a la vez.

Tu canal como inversión a largo plazo

YouTube no es “pasado”. Es presente (y muy de TV). Es la plataforma donde el contenido duradero paga intereses compuestos: un buen video te trae vistas y clientes durante meses. La fórmula no tiene glamour, pero funciona: tema claro + constancia + mejora continua. Si hoy estás entre empezar o no, elegí empezar. Y si ya publicás, elegí profesionalizar: guiones más afilados, mejores miniaturas, testing, colaboraciones y un embudo de monetización claro.