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Una vez que cumplimos 50 años, se hace esencial adoptar hábitos que promuevan un envejecimiento saludable. Uno de los más importantes a incorporar en esta etapa de la vida es dormir bien.

Un sueño reparador mejora nuestra calidad de vida, previene enfermedades y promueve el bienestar emocional. Es crucial saber cómo implementarlo a través de rutinas que favorezcan un buen descanso.

Dormir bien: ¿cómo llevar a la práctica este hábito saludable a partir de los 50 años?

Asegurarte de dormir bien es fundamental para mantener una buena salud a partir de los 50 años. Hay algunas estrategias, recomendadas por el National Institute of Anging, que pueden ayudarte a mejorar la calidad del sueño:

  • Establecé un horario regular: intentá acostarte y levantarte a la misma hora todos los días para mantener tu ritmo circadiano en equilibrio.

  • Evitá siestas tardías: dormir durante la tarde puede dificultar el sueño nocturno, así que es mejor evitar las siestas al final del día.
  • Incluí ejercicio en tu rutina diaria: hacer actividad física de forma regular puede favorecer un mejor descanso, pero evitá ejercitarte demasiado cerca de la hora de dormir.

  • Practica técnicas de relajación: investigaciones indican que actividades como la meditación consciente pueden mejorar la calidad del sueño al reducir el estrés y promover la relajación.

Al seguir estos consejos, podrás disfrutar de un sueño más reparador y contribuir a un envejecimiento saludable.

Beneficios de dormir bien a partir de los 50 años

Dormir lo suficiente es esencial para mantenerte saludable y alerta, especialmente a partir de los 50 años. Aunque los adultos necesitan entre siete y nueve horas de sueño cada noche, muchas personas mayores no lo logran.

La calidad del sueño es vital para la memoria y el bienestar emocional. Un estudio mostró que los mayores de 65 años con un sueño de mala calidad tienen más dificultades para resolver problemas y concentrarse.

Además, aquellos de entre 50 y 70 años que duermen seis horas o menos cada noche tienen un mayor riesgo de desarrollar demencia, probablemente por la acumulación de una proteína relacionada con la enfermedad de Alzheimer.

La falta de sueño también puede empeorar los síntomas de depresión en los mayores, y quienes ya han sido diagnosticados con depresión y no duermen bien son más propensos a recaer.

Un estudio de 2021 encontró que las personas mayores que no duermen bien y que suelen tomar siestas tienen un mayor riesgo de fallecer en los siguientes cinco años.

En cambio,dormir bien se relaciona con menores tasas de resistencia a la insulina, enfermedades cardíacas y obesidad, además de mejorar la creatividad y la capacidad de tomar decisiones.