

Todas las personas deben dormir bienpor las noches para descansar correctamente y tener energías al otro día. En relación con esto, la ciencia explicó cuál es la cantidad de horas de sueño necesarias y no son exactamente 8 horas como se conoce.
A lo largo de la adultez, lograr un descanso verdaderamente reparador se complica ante los desafíos que se enfrentan diariamente. Junto a la edad, las enfermedades, los cambios hormonales, el estilo de vida y el estrés son algunos factores a tener en cuenta.
Los mitos acerca de dormir bien
Entre los mitos que hay acerca de dormir bien, uno de ellos habla acerca de que el descanso de más de 9 horas es lo más recomendable. Sin embargo, los especialistas aclaran que esto solo podría ayudar en ciertos casos, como cuando se atraviesa una enfermedad o después de acumular cansancio.
Por su parte, Lauri Leadley, presidenta de Valley Sleep Center, señaló que la edad podría cambiar el hábito del sueño, algo que explicó al contar que algunas condiciones la dificultan.

Un ejemplo son las personas mayores, que pueden sufrir una baja de producción de melatonina, la cual es una hormona que regula el sueño y podría cambiar los ciclos naturales del cuerpo.
Además, otro debate se da con los suplementosde melatonina, los cuales son vistos como soluciones mágicas a los problemas de sueño. Sin embargo, la ciencia marca que hay otros métodos más efectivos a largo plazo, como hacer ejercicio, reducir el alcohol o establecer rutinas.
¿Cuántas horas hay que dormir por las noches para descansar bien?
Si bien dormir genera placer en una persona, es necesario aclarar que se trata de una necesidad biológica. En el caso de las personas de 18 a 64 años, se debería tener un descanso que dure entre 7 y 9 horas por noche.
Para aquellos que superen los 65 años, lo aconsejable es disminuir ese rango y dormir de 7 a 8 horas. Vale destacar que el paso de los años también marca que no solo dificulta la cantidad de sueño adecuada, sino también alcanzar correctamente las fases más profundas.
A diferencia de lo que se creía, los más ancianos no necesitan dormir menos, sino que su sueño se fragmenta en más partes y no se alcanza el sueño profundo tan fácilmente.
Otra circunstancia que afecta a las personas mayores es el cambio del ritmo circadiano, el cual se adelanta hacia el amanecer.
Los beneficios de dormir correctamente
Cuando no alcanzamos las horas de sueño adecuadas, se podrían desencadenar otros graves problemas a largo plazo. Por tal motivo, el placer y el sentirse con energía son uno de los muchos beneficios que tiene dormir correctamente:
- Aumenta la creatividad: si el cerebro está descansado y la producción de hormonas se equilibra, la memoria funciona mucho mejor. De esta manera, se potencia la creatividad y nuestra imaginación.
- Pérdida de peso: cuando no dormimos bien, los adipocitos (células grasas) liberan menos leptina, una hormona que suprime el apetito. Al contrario, suelta grelina, la hormona del apetito.
- Potencia el sistema inmune: el sistema inmunitario usa el sueño para regenerarse, lo cual ayuda a defenderse de toxinas y gérmenes que entrar al organismo.
- Mejora la memoria: Las conexiones neuronales se fortalecen al dormir. En la fase REM, el almacén de nuestra memoria, el hipocampo, se restaura y transforma la memoria a corto plazo en memoria a largo plazo.
- Protege el corazón: el insomnio incrementa los niveles en sangre de las hormonas del estrés, lo cual aumenta la tensión arterial y la frecuencia cardíaca.
- Disminuye la depresión: al dormir, el organismo produce melanina y serotonina, hormonas que se encargan de combatir los efectos de las hormonas del estrés (adrenalina y cortisol). Si no dormimos bien, la liberación de estrés es sostenida y conduce a un estado depresivo.
Recomendaciones para dormir mejor
De acuerdo a los expertos, sin importar la edad, se pueden seguir algunas recomendaciones para facilitar el proceso del sueño:
Evitar la cafeína y el alcohol al final del día.
Limitar las siestas a menos de 30 minutos.
Mantener una rutina constante para acostarse y levantarse.
Crear un entorno propicio: oscuro, silencioso y fresco.













