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La Agencia Nacional de Puertos y Navegación (ANPyN) convocó a Audiencia Pública Ambiental para el próximo 3 de noviembre, por la obra de adecuación y mantenimiento de la Vía Navegable Troncal.
Lamentablemente, dicha agencia desoyó las sugerencias y recomendaciones efectuadas acerca de desarrollar un proceso serio, profesional, documentado y efectivamente participativo y persiste en sortear obstáculos, avanzando con parodias de hechos administrativos que le permitan llegar lo antes posible a convocar a licitación.
La fecha elegida claramente intenta evitar la participación y profundización de la información presentada (más de 8.000 páginas inconexas) ya que se define solamente con escasas dos semanas de anticipación
El proceso anterior del año 2024 fue cuestionado por su inconsistencia por múltiples actores, incluida la Procuraduría de Investigaciones Administrativas. Ahora, lejos de trabajar para cumplir con los faltantes indicados en esa oportunidad, parece prevalecer la idea de dar la imagen de cumplimiento formal con actos vacíos de contenido.
Tal es el caso de la presente audiencia ambiental a la que se convoca sin que se conozca cual es el proyecto concreto de traza en cuanto a su diseño, profundidades, recorridos, anchos de solera, volúmenes a dragar, zonas de descarga, etcétera.
Tampoco existe un Estudio de Impacto Ambiental completo. De hecho, ¿cómo podría haberlo si aún no hay proyecto?
Solamente se presentan como soporte trabajos dispersos sobre cuestiones parciales, algunos realizados en 2005 y otros elaborados por actores privados que pueden suponerse parte interesada.
Lo mismo ya ocurrió con las supuestas convocatorias a participación ciudadana a lo largo de este año que resultaron ser espacios de legitimación de resoluciones tomadas en otro ámbito, como se indicó por nota presentada por el Puerto La Plataante ANPyN en mayo de 2025, sobre la que no se obtuvo respuesta a la fecha.
En dicha misiva, se hacía hincapié en la necesidad de efectuar un estudio de impacto ambiental antes de proceder a licitar. Es una pena que no se haya tenido en cuenta, porque ya podría estar realizado.
Estrago ambiental
También se hacía referencia al error ambiental, económico y logístico que significa haber excluido al Canal Magdalena en el trazado propuesto.
Si el diseño del sistema de navegación de los ríos Paraná y de La Plata no incluye su salida al mar por el Canal Magdalena, está determinando desde su concepción un estrago ambiental.
En este marco la licitación por 30 años prorrogable por 30 años más no brinda ninguna garantía a la ciudadanía de que no se produzcan daños ambientales y sociales irreparables.
Algunas cuestiones que los ciudadanos quisiéramos saber:
Cuál es la traza, profundidades, soleras, áreas de descarga que se proyecta. Cuál es la situación ambiental base sobre la que se planifica. Qué tomas de agua potable se verán perjudicadas por mayor turbidez y otras contaminaciones. Qué islas van a desaparecer y qué nuevos bancos o islas van a emerger. Qué playas serán devastadas y qué puertos quedarán sin acceso al río. Qué clubes náuticos quedarán sin agua. Qué humedales se secarán, qué zonas se inundarán y qué especies desaparecerán o migrarán.
Asimismo, necesitamos conocer cómo se afectará la pesca artesanal, la producción frutihortícola y el sistema sociocultural correspondiente. Qué afectación al calentamiento global implicará la actividad de dragado y mantenimiento a mayores profundidades y soleras. Cómo se compensarán los 22 millones de litros de combustible de más quemados anualmente por el rodeo que dan las embarcaciones para completar carga al sur por no disponer del Canal Magdalena.
Salida al mar
Hay más interrogantes: en caso de profundizar el Canal Punta Indio, por dónde se va a proyectar la salida al mar entre el canal de Acceso a Montevideo y el "Banco Inglés". A qué profundidad se piensa llevar el Canal Emilio Mitre, cuál será el volumen de dragado y dónde se depositará.
La gran pregunta es si se desarrollará la traza por el Paraná Guazú y si se incluirá el Canal Buenos Aires. Esto se relaciona con cómo se resolverá el sostenimiento del calado ante bajantes; qué comportamiento y niveles de rio se puede esperar para las próximas décadas y qué efecto tendrá la mayor profundidad de dragado en la velocidad de las aguas.
Finalmente: ¿quién y cómo responderá en la emergencia, mitigación y compensación ante eventuales derrames y contingencias?
Más allá del cuestionable ajuste a la normativa legal, si la convocatoria a audiencia pública para evaluar la condición ambiental de la obra no contiene entre sus trabajos previos análisis y respuestas a estas preguntas no es legítima.
El compromiso que significa entregar nuestros ríos por 60 años a un concesionario para que garantice la navegación no puede soslayar estos interrogantes.
Los ríos y su entorno son navegables, pero también bebibles, pescables, productores de energía, sostén del agro y la industria, reguladores de temperatura, aptos para el turismo, recreación, sostenimiento de arraigo y sistemas socio culturales, explotaciones mineras, y sostén de biodiversidad.
Es estratégico para nuestro país poder aprovechar al máximo la navegabilidad. Pero ese máximo debe determinarse científicamente a partir de considerar, evitar, mitigar y compensar equilibradamente el impacto en las otras dimensiones.
Insistiremos en la audiencia pública en todos los estamentos posibles para que así sea, exigiendo que el proceso sea desarrollado con la responsabilidad que corresponde.
(*) Ingeniero. Presidente del Consorcio de Gestión Puerto La Plata y del Consejo Portuario Argentino.
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