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El Centro de Capitanes de Ultramar y Oficiales de la Marina Mercante fue escenario del V Encuentro Nacional de Prácticos, organizado por la Cámara de Actividades de Practicaje y Pilotaje en el marco del Día Nacional del Práctico Argentino.
Más que una celebración, el encuentro se consolidó como un gesto de rumbo compartido entre ambas instituciones, que avanzan unidas en la defensa del trabajo argentino en el mar y los ríos.
Los prácticos son profesionales altamente especializados que asisten al capitán de un buque en las maniobras de entrada y salida de puerto, o durante la navegación por canales y ríos de difícil acceso.
Su conocimiento profundo de las aguas, las corrientes, los vientos y la infraestructura portuaria es clave para garantizar la seguridad, eficiencia y sostenibilidad del tráfico marítimo y fluvial. En cada operación, su presencia asegura que el comercio exterior argentino fluya sin contratiempos, protegiendo al mismo tiempo vidas humanas y recursos naturales.
La conmemoración se remonta a la sanción de la Ley N.º 3.445, promulgada el 20 de octubre de 1896, que institucionalizó la figura del práctico argentino como agente especializado en la maniobra segura de los buques. Desde entonces, generaciones de profesionales han garantizado, muchas veces en silencio, la seguridad de la navegación, la protección del medio ambiente y la eficiencia del comercio marítimo.
Durante la jornada, se abordaron temas técnicos de alto nivel, desde los nuevos estándares internacionales de seguridad hasta la unificación de cartas náuticas y la planificación portuaria moderna.
Entre los expositores se destacaron el Prefecto G (RE) Ítalo D'Amico quien analizó las nuevas regulaciones del Convenio SOLAS y el práctico brasileño Bruno Fonseca, que compartió la experiencia del sistema de practicaje en Brasil.
A su turno, el Capitán de Fragata Fernando Pereyra presentó los avances en cartas electrónicas; y el profesor brasileño Edson Mesquita, abordó los aspectos náuticos y la planificación portuaria en aguas abiertas y restringidas.
"Hoy, en la Argentina, tenemos un sistema de Practicaje robusto y eficiente. Que desde el poder político se trabaje para debilitarlo no es sólo atentar contra la seguridad de una nave, de un sistema de navegación todo, del medio ambiente y de la vida humana; también lo es contra la eficiencia de nuestras vías navegables", dijo John Eric Ryan, presidente de la Cámara de Practicaje y Pilotaje, al cierre de la jornada.
La intervención de Ryan fue celebrada por los presentes como un llamado a la reflexión sobre la importancia estratégica del practicaje argentino y su papel en la soberanía marítima nacional.
Compromiso reafirmado
En esa misma línea, el Centro de Capitanes de Ultramar reafirmó su compromiso institucional con la formación, la capacitación y la defensa del trabajo marítimo especializado.
Días antes del encuentro, ambas instituciones habían rubricado un acuerdo de cooperación técnica y asistencia profesional, en el marco del convenio general vigente entre el Centro y la Cámara. El acuerdo se integra a la construcción del Centro Integral de Capacitación, ubicado frente a la sede del Centro, donde también funcionará el Instituto del Practicaje Argentino (IPA).
Este nuevo espacio, impulsado junto a la Fundación Escuela Nacional de Náutica, promoverá la formación continua y la excelencia técnica en una profesión clave para la seguridad y el desarrollo del país. En palabras de los propios organizadores: "el IPA será un faro para fortalecer la identidad, la capacitación y la innovación dentro del practicaje argentino".
Una vida al servicio del río
La jornada culminó con la presentación de una propuesta que busca reconocer y revivir la memoria del Práctico Francisco Póliza, impulsada por la historiadora Dra. Laura Caruso.
La iniciativa propone establecer el 18 de junio como nueva fecha del Día Nacional del Práctico, en homenaje a aquel marino que, en 1931, perdió la vida intentando salvar el buque Anglia frente a San Nicolás de los Arroyos.
Nacido en Liguria en 1861 y radicado desde joven en La Boca, Póliza fue símbolo de una generación que unió la identidad del barrio portuario con la vocación marítima. En sus más de cinco décadas de servicio, combinó pericia, ética profesional y coraje. El 18 de junio de 1931, a los 70 años, eligió no abandonar la nave que le había sido confiada. Como escribieron los diarios de la época, "cumpliendo una ley marinera, se hundió con ella".
Su nombre quedó grabado en la historia: una calle de La Boca y una escuela de Grand Bourg llevan su nombre, esta última apadrinada desde 1960 por el Centro de Capitanes.
Hoy, casi un siglo después, su ejemplo inspira a las nuevas generaciones de prácticos y capitanes: una misma estirpe, una misma brújula moral.
En el mar, como en la vida institucional, los rumbos firmes se trazan con conocimiento, compromiso y unidad.
Ese espíritu, el que guía tanto a la Cámara de Actividades de Practicaje y Pilotaje y al Centro de Capitanes de Ultramar y Oficiales de la Marina Mercante, fue el verdadero protagonista del V Encuentro Nacional: un encuentro de profesionales, pero también de valores, historia y futuro compartido.













